Antonio Raimondi Dell’Acqua fue un aclamado naturista, geógrafo y escritor italiano. Su aporte a nuestro país es vasto en diversos campos de la ciencia e historia.
Nació en Milán el 19 de setiembre de 1826 y murió 26 de octubre de 1890 en San Pedro de Lloc (La Libertad). Su viaje por Ancash y varias zonas del Perú fue entre 1851 y 1869.
Es en 1869 que contrajo matrimonio con la huaracina Adela Loli, y años después logró publicar: El departamento de Ancash y sus riquezas minerales (1873).
Sus estudios y fama lograron prestigio internacional, sobre todo en Italia, Francia, EE.UU. e Inglaterra.
Hay estudios de investigadores ancashinos sobre las sentencias o denominaciones que hizo a ciudades del Callejón de Huaylas que son referencias interesantes.
El estudio que rescatamos es la de Cristóbal Bustos Chávez, que llegó a tener tres ediciones, la última publicada en 1990 en homenaje a los 100 años de nacimientos del sabio italiano.
Dicho libro titula: La vida y obra del sabio Antonio Raymondi Dell’Acqua. El autor cita a más investigadores destacados como Ernesto Reina Loli y César Ángeles Caballero.
Las ciudades y denominaciones
No existen evidencias textuales o literales de Antonio Raimondi, pero es tradición que sus famosas sentencias, denominaciones o bautismos fueron las siguientes:
Marca remarca, Recuay ladronera, Huaraz presunción, Carhuaz borrachera, Yungay hermosura, Caraz dulzura, Macate remate y Huaylas cosecha.
Podemos deducir, que las denominaciones forman parte de una tradición oral propia de aquellos tiempos.
Los investigadores rescatan algunas referencias que podrían afirmar dicha tradición oral, la fuente principal es su libro: El departamento de Ancash y sus riquezas minerales.
De Marca, no hace una referencia exacta. Solo menciona un río que cruzaba en medio de la ciudad y dividía dos barrios, mencionando además la gran cantidad de cerdos que andaban libremente.
De Recuay, podemos afirmar que su denominación es meramente circunstancial. Textualmente Raimondi escribe:
“Es población que se ha hecho célebre por sus continuos robos de bestias que practican ciertos individuos… actualmente no hallando presa en sus alrededores, han extendido sus correrías hasta 8 o 10 leguas distantes”.
De Huaraz no hay algo textual que la defina, por lo menos no en escritos. Sabemos que el sabio formó en Huaraz no solo familia sino su base de investigación en Ancash.
De Carhuaz dejó escrito que ya tenía referencias de las fiestas de carnaval del 5 y 6 de febrero de 1868, y del 24 de septiembre de 1860 por la fiesta patronal de la Virgen de las Mercedes:
“La gente baja de la población… tiene fama de entregarse con exceso al uso de bebidas alcohólicas y según lo que he podido presenciar yo mismo en las dos épocas que pasé por este pueblo, sea por casualidad o sea que realmente es su costumbre, parece que la fama es bien adquirida”.
De Yungay tampoco deja textualmente su denominación, pero sí deja claramente escrito su admiración por el paisaje:
“El mejor adorno de Yungay le ha sido proporcionado por la naturaleza, con la hermosa vista de la cordillera nevada, que puede contemplarse en toda su sublimidad desde la plaza de la población”.
De Caraz, Raimondi menciona o remarca la hospitalidad. Simpatía y la agradable conversación de sus habitantes, y no solo es por sus dulces como el “manjar blanco y cuarteado”.
De Macate, como muchos otros visitantes de esa época, hace referencia a la honradez de sus habitantes y ser tierra de destacados intelectuales, sobre todo escritores:
“En un camino poco frecuentado, sus habitantes han conservado las costumbres muy puras, y es un hecho digno de notarse que en este lugar no se conoce el robo. En prueba de ello, hay casas sin puertas y otras que quedan abiertas sin el menor peligro que falte algo”.
De Huaylas, anota que es una ciudad donde los granos se producen en abundancia.
Otras denominaciones
Las denominaciones que atribuyen a Raimondi está muy presente en los pueblos hasta la actualidad, sin embargo, existe otra denominación que causó confusión durante mucho tiempo.
Cuenta la historia que el presbítero ancashino Fidel Olivas Escudero, en el año 1888 cuando la sentencia de Raimondi se asentaba gratamente o con furibundo rechazo en los pueblos, publicó un catecismo con el curso de Geografía del Perú.
En el documento dejó registrado lo siguiente: Recuay laboriosa, Huaraz generosa, Carhuaz alegría, Mancos porfía, Yungay hermosura, Caraz dulzura, Huaylas cosecha, Santa abundancia y Macate remate.
Ya es tarea de todos el mantener, resaltar o cambiar las denominaciones de nuestros pueblos. Somos lo que reflejamos, y es de mucho interés lo que perciben intelectuales como el gran Antonio Raimondi.
Imagen: Vicente Ryan.
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