Forjó su obra con base autodidacta y a temprana edad. Recordada como la escritora que labra la historia, y de un castellano sencillo y claro.
Caracina que nació el 18 de abril de 1929. Siempre destacó como alumna, primero en el recordado Centro Escolar de Mujeres N° 322 y luego en el colegio “2 de Mayo” de la ciudad.
Aunque su biografía oficial también resalta sus habilidades deportivas.
Poeta y novelista
Sin embargo, recién a los 46 años (1975), publicó su primer título: “Poemas y pensamientos”, pero su principal obra está relacionada a los cuentos infantiles.
Por eso fue integrante activa de la Antología Nacional de Escritores de Literatura Infantil, publicación de la hoy reconocida Academia Latinoamericana de Literatura Infantil y Juvenil.
Fundó e impulsó el Círculo Literario Comarcas, movimiento intelectual en Caraz de gran importancia en la década de 1970 que no solo producía obras, sino realizaba juegos florales de literatura en la ciudad.
Comunicadora social
Ella tenía inquietud periodística dentro y fuera de la provincia. Su habilidad en la crónica la llevó a Radioperiódico El Mundo, de Radio Victoria (Lima), donde fue corresponsal de Ancash.
En su libro Espejo de Agua, su hijo Marino cuenta que doña Teresa recibió una beca en Periodismo que no logró estudiar.
Su pluma era tan valorada en el legendario diario La Prensa que publicó columnas y suplementos culturales. Ese es un verdadero lujo.
Historiadora
Es la faceta menos conocida de Teresa Espinoza, pero su interés sobre la historia la resalta como pionera en muchas correcciones históricas de la provincia Huaylas.
Su afán autodidacta y su formación en el periodismo hizo que durante 1977 a 1980 estudie documentos y publicaciones del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú.
Eso produjo dos valiosos aportes titulados: “La batalla de Yungay” (1989), y “Bolívar y el camino a la libertad” (1998).
La batalla de Yungay es el libro que quizá marca el primer cuestionamiento documentado sobre las versiones oficiales de confederados y restauradores que cambiaron la identidad cultural de todo el departamento.
Ella, junto a Augusto Alba y otros destacados intelectuales de la época, argumentaron y reclamaron que el cambio de nombre Huaylas por Ancash era homenaje a una batalla donde murieron peruanos a mano de otros peruanos.
Su trabajo a favor de la historia despertó el interés de la Sociedad Bolivariana del Perú, que la designó como Miembro de Número y presidenta de la filial Caraz.
Reconocida en el año 2006 como Hija Ilustre de la ciudad Caraz y de la provincia Huaylas.
Doña Teresa Espinoza es también Medalla de la Ciudad, otorgada póstumamente, por su valioso aporte intelectual y humanístico. Es la primera mujer en recibir dicha alta distinción.
Ella murió el 29 de diciembre de 2005. Dejó títulos literarios e históricos inéditos, también destacados hijos que llevan con orgullo su nombre.
A ella y a ellos este artículo y nuestro homenaje. Que su obra y vida perduren.
Notas del segmento Personajes:
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