Las hadas, encanto de amor… tejido de vida: Escrito porCharo Pajuelo y el colectivo Espiral.
Imagen: Hadita en quebrada Macul, Chile.
Las Hadas son ángeles que vuelan en la tierra, por eso sus alas siempre están dispuestas a elevar al hombre. Ellas son espíritus divinos, guardianas de la naturaleza, seres de luz del mundo visible e invisible, guías álmicas de los corazones puros y del amor, del nacimiento y la transmutación, de la belleza y la alegría, de la magia y la sanación. Ellas son mensajeras del universo, criaturas fantásticas que bailan bajo el resplandor de la luna, y entran en quietud cuando a través de su canto cautivan los rayos del sol.
Las Hadas que encarnan en esta dimensión, se entregan a la acción del instante. Hadas que contemplan la dualidad, desde el silencio interior y desde el corazón, para abrazar la unidad de la humanidad. Hadas de agua, de fuego, de tierra, de viento. Hadas que tejen vida con los hilos del Cielo y con los hilos de la Pacha Mama.
Las Hadas viven entre nosotros, nos recuerdan que lo femenino y lo masculino son la misma luz que danza en la creación y en el universo; que danza al compás de la armonía divina que el patriarcado intenta quebrar, que danza envolviendo el falso poder que mantiene la esclavitud. Las Hadas nos recuerdan que en la energía femenina se halla la semilla de la maestra, la sacerdotisa, la bruja, la chamana, la alquimista; la semilla de la diosa, de la madre naturaleza dadora de vida; la semilla que está despertando en mujeres y en varones, para la liberación del cuerpo, del alma y del espíritu (Cf. Naturnia, Morgana y el Sagrado Femenino, 2019).
Los colores de las Hadas, pintan amorosamente el miedo, la mentira y el juicio que oscurecen el arco iris por donde sus mensajes se manifiestan. Ellas nos sumergen en sus aguas celestes para mirar con claridad, conectar con el soplo espiritual sensible y retornar al origen: a las aguas del cielo. Las Hadas serpentean nuestras manos, y las convierten en alas que vuelan al encuentro con el mundo mágico, donde la consciencia alquímica despierta y somos espejo con los espíritus de la naturaleza. Las Hadas abrazan nuestro pensar, sentir y hacer, nuestra vivencia en coherencia con los ciclos de la Madre Tierra y con la memoria ancestral que nos une a todos con el todo, memoria donde somos vibración, un solo ser al servicio de la unidad.
Hilandera de mundos fantásticos y sutiles, las Hadas, en la luz de los sueños, en el rumor de las plantas, en el suspiro de las estrellas, en el pestañeo de la luna y en el brillo del sol, tejen talismanes para recordar que los seres humanos poseemos la semilla sagrada e inmortal de lo femenino, que germina y florece cuando somos testimonio de Amor en cada respiro.
En la quietud y el silencio, en la claridad y la oscuridad, en el vacío y la belleza, en la humildad y la solidaridad, en el fuego y las cenizas, en la intuición, la expresión, la purificación y en la energía sanadora del corazón, podrás sentir la luz de las Hadas, que es espejo de tu propia luz. Tú, ser sabio, estelar, consciente, espiritual, terrenal… Ya es hora de despertar, de contemplar tu divinidad y adornarla dulcemente con mariposas y cristales. Ya es hora de reconectar con tus raíces para enraizarte y volver a tu sagrada esencia. Ya es hora de confiar en el encantamiento celestial, en el cantar de las Hadas, y sentir la sinfonía de la vida más allá de lo que tus oídos pueden escuchar, más allá de lo tu lenguaje puede entender. Ya es hora de recordar el sonido de la creación, que se hace canción para ser reflejo de la luz del cielo en la tierra…
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