Muchos caracinos y demás huaylinos recuerdan las décadas de 1930 a 1950 no solo por las guerras en el mundo y los cambios sociales. Se trató de la época más artística o cultural que tuvo la provincia en su historia.
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Época alimentada y encabezada por sus jóvenes, hoy personajes muy recordados y queridos.
Caraz y el arte, rebeldía juvenil:
Las crónicas denominaban a ese afán cultural como promoción al “arte de Talía”, en referencia a la diosa griega de la comedia, la poesía pastoril y protectora del teatro.
Sin embargo, historiadores como Alba Herrera y Soriano Infante cuentan que en 1877 se intentó crear un grupo teatral encabezado por los maestros Mariano Minaya, Pedro Orihuela y Manuel Vidal.
Pero el Concejo Municipal disolvió el grupo por “reñir con la moral del maestro”.
Mucho se habla de las veladas caracinas que no solo tenían como escenario la Plaza de Armas de Caraz.
Destacaban las noches literarias musicales que eran objeto de crónicas y notas periodísticas, y la censura religiosa tan conservadora de la época.
¿Dónde se realizaban las veladas caracinas?
Los escenarios eran preparados en la casona de Pedro Lúcar Guimaray (cuarta cuadra del jirón Raimondi, para dar idea a los lectores), y en el descampado de una casona ubicada en el jirón San Martín.
Dato importante. La ciudad no contaba con luz eléctrica, las veladas eran iluminadas con las clásicas lámparas Lux.
El teatro caracino destacó:
Es así que dos puestas u obras fueron las que trascendieron los límites de la provincia a través de la famosa revista La Prensa de Huaylas.
Ambas interpretadas por reconocidos caracinos: Sixto Alegre, Carlos Philipps, Carlos Gadea, Aurelio Soriano, Rosa Alegre, Rodrigo Marrou, Luis Soriano, César Loli, Rosa Jaramillo, Eva Alegre, Rebeca Sánchez, Herminio Villón y todos dirigidos por Juan Portal.
La primera gran obra presentada en Caraz fue el drama “Macías” del español Mariano José de Larra, recibido con alegría y entusiasmo el 28 de febrero de 1919.
La segunda obra, “La convención”, presentada meses después y con mucha expectativa, escrita por el huaylino Sixto Alegre Aponte.
La Convención recibió buena crítica en Lima, presentada incluso en el legendario teatro “Colón”.
La prensa nacional opinó que despertaba “verdaderas sensaciones agradables”.
Qué falta y qué bien harían más apuestas culturales en la actualidad.
Seguro este artículo despertará la creatividad de algunos jóvenes o adultos que quieran volver a Caraz al sitial cultural que no merece perder.
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