Mientras que el Perú y parte del planeta sufría uno de los más terribles y devastadores fenómenos del Niño, en el distrito Pueblo Libre (conocido en ese entonces como Huacrac), un hecho lamentable quedó en el recuerdo de los habitantes más antiguos del pueblo.
Oficialmente el acontecimiento fue conocido como una rebelión, pero se trata de un lamentable abuso de autoridad.
La historia fue rescatada por Augusto Alba Herrera en su libro: “Ancash en el recuerdo y para el recuerdo” (editado en el año 1994).
Poder político:
Los prefectos, subprefectos y gobernadores tenían la función de mantener el orden general y recaudaciones en su territorio.
Ellos disponían de la fuerza policial y milicias. El poder que tenían era muy importante, incluso eran los encargados de fiscalizar a las juntas municipales.
Pues bien, la provincia Huaylas en esa época contaba con el subprefecto Fabián Osorio, apodado “Don Fabi”, de carácter fuerte y mirada dura.
El temible don Fabi:
Los relatos cuentan que don Fabi solía exhibir en las calles un revólver y una escopeta Winchester. Andaba con un grupo de soldados milicianos para imponer respeto en Caraz.
Él y 12 de sus soldados se dirigieron a Huacrac la noche de 27 de mayo, debido a que el gobernador del distrito, Manuel Candelario Méndez, informó la fuga del prisionero Cayetano Noriega.
Los hombres de Don Fabi lograron ubicar y cercar al fugitivo. El subprefecto sin medir las consecuencias ordenó disparar a fuego abierto.
Las balas impactaron en algunos vecinos del pueblo que por el ruido de la persecución fueron despertados y por curiosidad muchos de ellos abrieron ventanas y puertas para observar el operativo.
El prisionero Cayetano Noriega murió junto a dos pobladores huacrinos, otras cinco personas terminaron heridas.
Los pobladores de todo el distrito indignados e iracundos por la matanza velaron los cuerpos en la Plaza de Armas, en modo de protesta; los heridos fueron trasladados y auxiliados por sacerdotes de Caraz.
Poder sin justicia:
Don Fabi, para justificar el hecho, informó al Supremo Poder Ejecutivo del Perú que los disparos y muertes fueron necesarios para sofocar una rebelión huacrina.
Así quedó en el olvido y la autoridad provincial continuó su encargo.
La historia también indica que dos años después Fabián Osorio convocó al pueblo caracino a un mitin patriótico en la Plaza de la Independencia (ahora conocida como Plaza de Armas o Bolívar).
Ahí todos ofrecieron vida y fortuna para afrontar la guerra con Chile.
Notas del segmento Historias:
- Sólo aceptaremos los comentarios que tengan relación con el contenido de la publicación. No están permitidas las agresiones verbales, ni opiniones que inciten conflictos o acciones violentas.
- Si deseas agregar o corregir algún dato histórico de este hecho histórico, contáctanos.